jueves, 12 de marzo de 2015

Ruta Madrid- Soto del Real

Lo hemos conseguido!!!!

Aún no me creo lo que hecho. Me parece mentira que haya sido capaz de llegar en bici desde Madrid a Soto del Real, allí pasamos noche y el domingo de vuelta a Madrid. La ida para mí fue especialmente dura dada mi poca experiencia. Naturalmente no lo habría conseguido de no haber llevado al mejor compañero de viaje.

Este es el enlace del track del GPS




Esta ruta estaba pensada para hacer una especie de simulacro de la ruta de varios días que tenemos previsto realizar en Semana Santa de Ojos Negros a Sagunto, por lo que preparamos las alforjas con todo lo necesario a modo de ensayo. Así que hay que tener en cuenta que además llevábamos peso adicional.





Empezamos a rodar por el anillo verde buscando el enlace con la Via ciclista de Colmenar y hay puntos donde las vistas son estupendas.


Como siempre, según lo que he leído al respecto de la ruta, la califican cómo fácil, en la mayoría de los casos, y de moderada en los menos, provocado esto último únicamente por los kilómetros a recorrer y no por la complicación. Personalmente la ida, que va siempre en ascenso, me ha resultado bastante dura.

Hay un corto trecho en el que hay que rodar por carretera y realmente pasé miedo al aproximarme a los coches debido a la inseguridad que aún tengo y a partir de aquí hay un tramo que es el comienzo de la vía de Colmenar que discurre entre las vías de tren a la derecha y la carretera a la izquierda, separado de ellas por muros de hormigón o vallas, en algún punto es muy estrecho y el firme no se encuentra en buen estado, pero un poco más adelante todo mejora y gana anchura por lo que se rueda más fácilmente. Durante este comienzo en la vía ciclista de Colmenar, antes de llegar a la acdemia de policía, Dani le hizo una foto a esta señora que pintaba el paisaje, supongo que omitiendo la señal de control de velocidad…


 Sufrimos un pinchazo en la bici de mi chico a la altura de la estación de tren de El Goloso y nos apartamos para poder repararlo. Me sorprende lo bien que encajó el contratiempo, debe ser mucho más frecuente de lo que imagino, además se trata de cicloturismo, no hay prisa, y por otra parte todo tiene una lectura positiva y en este caso me vino bien porque aprendí a reparar una cámara. Después aprovechando una parada técnica en Tres Cantos tuvimos que darle una nueva carga de aire a la cámara, es conveniente recordar que los chicos en cualquier árbol pueden parar pero nosotras lo tenemos más complicado, y ya aproveche para pedir que nos rellenasen los bidones de agua fresca.





La verdad es que los primeros 30-35 kms. los fui haciendo con esfuerzo pero iba sobrellevándolos, pero tras una cuesta, venía otra y otra y mis cuádriceps empezaron a dolerme en exceso y me faltaban las fuerzas. En una de esas duras cuestas nos encontramos con dos chicos parados, uno de ellos estaba mareado, así que nos detuvimos a su altura porque Dani quería preguntarles si necesitaban algo, le ofreció una barrita de chocolate y puré de fruta para que se repusiera y que pudieran continuar. Yo aproveché la coyuntura para coger aliento. Me pareció un gran gesto. No os quiero ni decir lo pendiente que estuvo en todo momento de mí dándome dátiles, chocolate recordándome que tomara bebida isotónica, incluso me dio una gominola pegajosa y densa que me recargó las pilas y me permitió continuar.

En cualquier caso, y antes de llegar al final del prolongado ascenso, ya en algún tramo en el que pasamos cerca de alguna estación de tren pensé en plegar la bici y volverme a casa, en otros sacarle a mi chico los ojos de las cuencas con una cucharilla, pero no llevaba… y en algún otro momento de mayor desesperación aún, empujar la bici por un lateral del carril con algo de altura y decir con sorpresa ¡ups!!! se me ha caído la bici y está destrozada…que pena…jamás podré montar en bici de nuevo.

Desde luego también pensé que no estaba preparada, ni de lejos, para la ruta de Ojos Negros.

La última de las cuestas (y alguna otra, pocas pero alguna) la hice arrastrando la bicicleta y hasta ir caminando me costaba trabajo Mientras yo me arrastraba ya sin dignidad junto con la bici, Dani se adelantó y me trajo buenas noticias.
   
Por fin terminaban las subidas y a partir de ese punto comenzó un camino mucho más llevadero…empecé a disfrutar de unas vistas maravillosas, la Sierra y la Pedriza al frente, y a apreciar el maravilloso día primaveral que nos había acompañado.

Paramos en una gasolinera para dar una nueva carga de aire a la cámara pinchada para ver si aguantaba hasta el final del trayecto.





Poco más adelante llegamos al embalse de Soto del Real con luz de atardecer, solo se oía la naturaleza y allí estábamos, nuestras bicis y nosotros, disfrutando de todo aquello…todo el esfuerzo previo había merecido la pena por poder disfrutar del paisaje y de la compañía.





 Este era el mejor de los momentos para relajarnos y reponer energías, así que aprovechamos para charlar con un par de ciclistas que también se acercaron como nosotros al embalse, nos comimos un sándwich y pasado un rato decidimos continuar.

Más adelante, acompañados por una pequeña acequia y entre árboles entramos en Soto y tras haber recorrido 54 kms llegamos a la puerta del Hotel. Por supuesto cansados, bueno he de reconocer que yo estaba destrozada pero también feliz.





POR FIN!!!

Subimos las bicis a la habitación, momento ducha y listos para dar un paseo por Soto y buscar un bar donde tomar una merecida cerveza.



Por casualidad fuimos a dar con uno estupendo donde los pinchos estaban riquísimos y terminamos cenando allí y acto seguido vuelta al hotel para entrar en coma hasta la siguiente mañana. Se llamaba route 66, en Soto. Merece la pena las hamburguesas que estaban riquísimas.



Deciros del Hotel Prado Real que las habitaciones eran muy correctas, muy limpias y el desayuno nada escaso en contra de algunas opiniones publicadas en algún foro que consultamos antes de hacer la reserva, ya que, además por supuesto de los cafés/infusiones y zumos, había tres tipos de pan para tostadas, aceite, sal, mermeladas, mantequilla, bollería variada, yogures, churros, porras y naranjas…Lógico que no encuentres ni huevos revueltos, ni embutidos ibéricos, ni una selección de quesos, salchichas o similares, ya que el desayuno cuesta 3 euros por lo que decir que resulta escaso por ese importe me parece poco apropiado.

Después del desayuno, preparamos las bicis y comenzamos el regreso a casa. Debido al cansancio acumulado del día anterior pasé un par, o quizá alguno más, de momentos complicados pero el regreso, por suerte, fue mucho más sencillo al ser bajada.



Ojo con las bajadas y con “pedalear en vacío” (expresión que no había oído antes) cuando se coge velocidad…porque a punto estuvo de jugarme una mala pasada…Después del susto que me llevé juro por Dios que no me volverá a pasar!!!

Ya tengo mucho más controlado el tema del cambio de velocidades y voy cogiendo poco a poco más seguridad. Estoy convencida de que la ruta me ha ayudado a mejorar notablemente. Por supuesto, continuaré haciendo spinning para seguir cogiendo tono muscular, que falta me hace.

La buena noticia ha sido escuchar que ninguna de las etapas de Ojos Negros va a ser, ni de lejos, tan complicada como me había resultado el ir de Madrid a Soto.

Por otra parte, no quería terminar sin comentar que en todo el trayecto, tanto en la parte que se realiza en el anillo verde, como una vez que se coge la vía verde que va de Colmenar a Soto, vas acompañada de multitud de ciclistas que como nosotros aprovecharon para salir con las bicis a rodar. Cambia mucho el perfil de ciclista que encuentras en el anillo verde, mucho más familiar y en modo paseo, que el que encuentras en la vía verde. Me encanta ver que tanta gente comparte afición, pero molesta que algunos, he de decir que son casos realmente excepcionales, que van a “hacer tiempos” protesten cuando pasan a tu lado porque al parecer les cortas el ritmo…Bueno, atención noticia para el que no lo sepa!!! La vía verde no es exclusiva para un determinado tipo de ciclismo!! Lo cierto es que sorprende en un entorno de tanto compañerismo encontrarse con algún espécimen de esta clase porque la norma general es muy diferente…pero de todo tiene que haber!! Igual conviene no olvidar que todos hemos tenido un comienzo en el que no rodábamos a 80 km/hora, ni porque el tipo de ciclismo que se practique requiera batir marcas, ni porque las cualidades físicas de un principiante lo permita aunque esa sea la finalidad, y es conveniente recordar que todos tenemos cabida.

Es posible que intente hacer el anillo verde completo. Debo seguir avanzando y me encanta el “mundo bici”.

Firmado:
Eva


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